El remedio para la ansiedad


Ya sé que soy ansioso: el asunto es curar esa ansiedad.


En estos meses me pongo un poco así. No es la primera vez. Y la falta de algunos resultados, incluso antes de la época de cosecha, no me deja dormir bien.

Marzo es un mes muy bienvenido. Comienzan las clases y por lo tanto, es el momento en donde consigo más trabajo. Con la experiencia tan buena del año pasado, esa ansiedad se duplica. Pero incluso así, siempre hay cosas que me molestan. Principalmente, el no saber cuando van a llamarme para trabajar. No es fácil tener trabajo temporal, y encima, sin posibilidad de anticiparlo.

A eso se suma que arranco el año con algunos proyectos demorados. Bueno, algo así. Uno de ellos, muy importante para mí, se realizará igual pero de otra manera y tal vez cueste más esfuerzo sacarlo adelante. Otro, más pequeño, se pinchó hace unos días, y también saldrá, pero dentro de varios meses. La seguidilla me pone mal, porque estos proyectos de comics eran la puerta, la entrada a un año que se supone mucho mejor en ese aspecto, con muchas publicaciones pendientes.

Hasta hace unas pocas horas, estuve algo deprimido con lo sucedido en este último caso. Pero después de mucho tiempo diciéndome "tengo que escribir un guión" y pensando en todas las ideas para guiones que tengo, contrarresté esa minidepresión con trabajo. Y me puse a escribir. Así que de a poco me recupero.

Fue un final y un comienzo de año complicado. Muchos guiones que se complicaron, pero MUCHOS. Reescribí uno cinco veces. Cinco veces, nunca me había pasado eso. Y se descartó, era para Términus, pero no calzaba. Tampoco otros. Sufrí escribiendo otro más, y ahí quedó todo. Después siguió un período en el que hice muchas otras cosas. Así que ahora volver a las viñetas es un soplo de aire fresco: tal vez un soplo que debía llegar ahora y no antes. Ya veremos.

Por suerte, mañana comienzo con mi taller de guión para comics. Lo detuve solamente por febrero, ¡y creo que fue mucho! Es solamente una vez a la semana, pero me impone horarios, pensar en la clase, hacer ALGO. Ese tener que hacer ALGO te impone, a su vez, estructura. Te hace valorar el tiempo, te descansa, te saca de otras preocupaciones diarias. De otra manera, uno siempre se queda con los mismos problemas. Necesito variedad, incluso en lo malo.

Marzo trae todo eso y más. Trae de nuevo el contacto con muchos dibujantes y el empezar de otros proyectos. El año recién empieza, es verdad. Pero soy un poco como Homero. No puedo esperar 40 segundos a que frían el búfalo.

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