2014, el duro y hermoso trabajo de sembrar



¿Qué puedo decir del 2014? ¿Que se pasó rápido? No. ¿Que fue duro? Tampoco.

Sí, fue trabajoso, pero cuando uno suda con alegría, no se puede quejar. El tiempo pasó como tenía que pasar. Lo principal fue no perderlo, estar siempre haciendo algo, y creo que lo logré.

Fue el año con más trabajo docente hasta ahora, en una escuela hermosa, preciosa, con unos alumnos envidiables (a los cuales a veces, como todo docente, quería matar, pero bueno, nadie es perfecto, menos los adolescentes). Por si fuera poco, además de otros reemplazos muy buenos, cursé y aprobé mi primer curso de formación docente y la pasé muy bien regresando a la UCA por un rato, ahí donde realicé mi profesorado.

Por el lado de los comics, pude trabajar con personas talentosísimas en la revista Términus, publicando en los tres números de este año gracias a Lisandro Estherren y Sergio Tarquini. Conocí a dibujantes maravillosos, como personas y como artistas, en esta y otras convenciones, en talleres y eventos. Con algunos de ellos armé proyectos que se verán el año que viene, sumandose a la Términus y a otras costas que esperan luz verde.


Ni hablar de haber sido invitados a la Crack Bang Boom 5, y toda la hermosa experiencia que significó para mí participar desde adentro en una de las convenciones más importantes del país. Son cosas que no se olvidan y que enseñan mucho.

Por si fuera poco, relancé mi taller de guión de comics con un gran éxito. Lo que planteé como algo de 3 meses terminó llegando a fin de año con cuatro alumnos muy comprometidos, los cuales ya me han asegurado participación para el 2015. Fue un reto muy grande y estoy conforme, en parte porque ellos también lo están.

A nivel editorial este año vio el proyecto de financiamiento colectivo que dio luz a mi propia editorial digital. Si bien el público en general no ha visto casi nada todavía, porque el sitio apenas tiene unos días de vida y solo dos obras, los activistas que colaboraron ya han recibido hace tiempo estos libros y estoy trabajando para brindarles el tercero durante enero. Otra cuestión pendiente es la publicación de material rolero en esta editorial, así como la unificación del blog con la página.

El haber logrado esto me da muchas más ganas de escribir, porque puedo publicar las cosas "viejas" (más algunas nuevas) y dando espacio para lo que tengo en la cabeza.

A estos logros se le suman varios más, tal vez más "chicos", tal vez más "grandes", pero igual de importantes en lo personal. Entre ellos la creación de un nuevo blog (junto a mi novia, que me acompaña siempre y hace todo mejor), los grandes progresos en mi carrera marcial, el mantener vivos y activos varios proyectos sobre juegos de rol, y algunas cosas más que no da para contarlas acá. Muchas cosas; algunas casi se me olvida contarlas.

Así que tengo que decir que estoy satisfecho. Creo que no lo podría haber hecho mejor, y que las experiencias de los años anteriores (desde 2012 en adelante, y no es raro que tanto la revista como mi carrera docente hayan arrancado a fines de ese año) me permitieron aprender más rápido y evitar algunos errores.

Cierto: uno quiere que todo salga perfecto, y no se puede, y uno putea a veces por cosas más o menos importantes. Cierto, algunas cosas se demoraron, no salieron como uno quería, se postergan para el año que viene o parecen clausurarse para siempre. Pero es así la vida, y si uno hizo todo lo posible, poco queda para lamentar.

Entonces, ¿qué fue 2014? Lo supe desde hace varios meses: un año de siembra. Un año de construir proyectos, de animarse, de ir concretando y cerrando esas cosas que hace tiempo se vienen armando. Un año para trabajar, para disfrutar, sí, con la espera de disfrutar a otro nivel más adelante, cuando se puedan sembrar cosas más grandes todavía.

Fue eso y nada más, y no puedo estar más contento. Fue lo que quise que fuera, y valió la pena cada noche de insomnio, cada día de cansancio, cada gota de sudor y de sangre (que la hubo).

No me queda más que pedir por otro 2014.

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