Sólo en findes


El otro día, al ver que la última entrada de este blog había sido publicada durante un fin de semana, y descubrir un patrón en otras entradas recientes, seguí maldiciendo mi suerte perra que me quitaba todo el tiempo durante la semana. Casi como si tuviera trabajo.

Y lo peor es que la semana pasada tuve un serio caso de malapatismo, cuando me quedé sin acceso a Internet entre el martes y el sábado, en la mitad del proceso de entrega de un comic para un concurso. El dibujante no daba abasto y quería que lo ayudara con los globos. ¿Como hice, en un vecindario que no tiene ni cibercafés ni nada remotamente parecido? Pues tomando señal wifi de quien sabe donde gracias a una notebook que oportunamente estaba en mi casa. Ni qué decir de la coincidencia, ni de las corridas entre las dos computadoras, ni de los errores de último momento, ni de las tardes y mañanas perdidas dándole al tema. Pero llegamos.

De nuevo no pude iniciar mi novela, pero la pausa me sirvió para meditar bien sobre su trama y encontrarle título. ¿Podré empezar esta semana? Pues no sé, ya es martes y tenía que empezar un boceto/resumen el domingo...

Pasé la noche del viernes bajo la lluvia durante diez cuadras, empapado por una tormenta demencial, y luego colgado hora y media esperando que llegaran mis compañeras del profesorado, que no conseguían taxi ni canoa, para celebrar una accidentadísima despedida del año, que fue retrasada y casi cancelada varias veces. Pero la pasamos genial. Lo único que espero es que la próxima reunión incluya rabas.

De manera que no puedo decir que perdí el tiempo. Y quién dice, tal vez el tener más tiempo para pensar y menos para escribir le haga bien a la novela. Mientras tanto, ya cerré casi todas las cuestiones que tenían que cerrarse.

Lo único que debo, aquí, es un poco más de reseñas de cine. Pero claro, tampoco tuve tiempo para mirar nada. No se preocupen que cuando llueva, va a diluviar.

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