A veces, ni para leer



El otro día, hablando con mi hermano, le reconozco que no estoy comprando libros.

¿Qué pasó? Es algo relacionado a la época de reorganización de mi casa, pero particularmente al hecho de que no quiero seguir juntando libros que no leo. Incluso los pocos que quiero comprar no están ahí: por motivos desconocidos (o no tanto), las colecciones de Borges y Cortázar se han detenido de nuevo, y no ubico nuevos ejemplares por ninguna parte.

Ciertamente, por el momento no tengo espacio material para más libros, y estoy apilando lo que compro por cualquier parte. Pero tampoco hay interés; si hubiera algo por ahí dando vuelta, lo compraría y lo usaría hasta de almohada, si no quedara otra alternativa.

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