Cuando partimos


Cuando partimos y nos vamos de viaje
dejamos siempre algo perdido,
un fragmento de ese tonto equipaje
que nunca podremos reclamar.

Algunos dejan perdido lo que sobra,
lo peor y lo que no les importa.
Algunos dejan tras de sí la obra
que resulta ser insuperable fortuna...

Cuando partimos dejamos perdidas
cosas que ni siquiera conocíamos,
o sentíamos, o creíamos pasadas.
Cosas que ni siquiera veíamos...

Algunos partimos y nos vamos de prisa;
en tan poco tiempo que ni siquiera sabemos
si vamos o venimos, si llegaremos a esa costa
que entrevemos al final del arco de los ojos.

Y tú te fuiste hoy, sin saber que te queríamos,
sin saber que de lo que nos reíamos
era tuyo y no nuestro, era simple y era puro...
Sin saber que te queríamos por cambiar el viento,
la marea y la corriente de la vida que íbamos a cruzar.

El 4 se nos fue un grande, que desde muy lejos cambió el mundo para muchos de nosotros, abriendo las fronteras de reinos con los que solo podíamos soñar. Ayer murió Gary Gigax, uno de los padres del rol, mal que les pese a algunos que nunca jugaron D&D (como yo) pero no se cansan de criticarlo (no como yo). Que no lo conocía y que no sepa mucho de él no nos quita el hecho de que, sin su creación, hoy yo no sería la persona que soy. Y eso es decir mucho.

Sinceramente me sorprendió un poco el sentido homenaje que le dieron muchos roleros en blogs, foros y listas de correo, y encontré que no era el único que escribió un poema al respecto, o pensó en una canción o algo similar. Da que pensar, que al final nadie lo conocía (al menos personalmente) y algunos hasta odian su obra, pero todos los respetamos por hacer lo que hizo.

Círculos en el agua, manotazos al viento.
Caen las ramas y florece el huerto.
Todo aquello que hagas cambiará el cielo.
Todo aquello que pienses volará al infinito.

Da la funesta casualidad que hoy, 5 de marzo, recordamos en Argentina y especialmente en mi ciudad Rosario a uno de los último de los "capocómicos" que nos quedaban, el gran Alberto "Negro" Olmedo.

Da la funesta casualidad que, creo yo, sus muertes sorpresivas y su gran legado, más allá de la diferencia de campos artísticos y la geográfica y cultural, creo que nos habla de lo mismo. De la fugacidad propia y de la permanencia de lo que hacemos en los demás.

Mi más sentido homenaje a ellos dos, a quienes les tributaré de la manera que creo es más conveniente: jugando rol y viendo sus películas.

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