Mucho que festejar, pero ocupado


Así estoy ahora. Bueno, más o menos. Pero por dentro hice justo eso.

En realidad lo hago desde el momento en que terminé la beta de Aerith y la puse en descarga gratuita. Eso me alegró mucho, obviamente, y como pude, durante la semana, me dediqué a terminar el último cuento de A la deriva, la siguiente obra de ficción que se debe publicar en Studio Ergo Sum.

Como suele pasar, aunque la revisión y reescritura me tomaron unas pocas horas cada una, tuve que fraccionarlas en tres días, porque las obligaciones laborales y de otro tipo me lo impidieron. Me hubiera gustado celebrar más, pero cuestiones personales de salud me dejaron bastante preocupado. Por suerte resultó que no era nada grave, pero siempre que se prende una luz roja hay que prestarle atención. Me tomé las cosas más tranquilo y descansé todo lo que pude.

Ahora sí ya puedo gritar un poco más fuerte. Terminé el cuento y en estos días voy a concluir la maquetación definitiva de los archivos. Ya tengo la tapa y el diseño, así que para la segunda semana de junio, todo indica que A la deriva será puesto a la venta y enviado a los activistas que lo compraron en su momento.

La cuestión es que esta gran victoria, dificultada por algunas de las cuestiones laborales y personales ya comentadas, sigue sin poder ser festejada como me gustaría. Aunque los temas de salud ya se desvanecen, hay dando vuelta una serie de cuestiones que no me permiten organizarme.

¿Estoy algo disperso? Sí. No tener trabajo te exige mucha disciplina para no quedarte "haciendo nada" durante demasiado tiempo. Por otra parte, aunque a veces logre un buen resultado conteniéndome, últimamente muchos pequeños compromisos se me ponen en el camino, quitándome los pocos días disponibles para cosas importantes, como escribir, o ir a hacer algún trámite, o charlar con un editor. Cosas que me fastidian.

Se vienen cambios en mi vida. En los últimos dos meses ciertas cuestiones me hicieron reflexionar sobre cuestiones que tienen que cambiar, sí o sí. Como cuando uno no quiere despertarse y da vueltas en la cama, estos días estuvieron marcados por esa sensación de incomodidad, de necesidad de fuga, algo de hastío y aburrimiento. Una sensación de estar desperdiciándose, o algo así.

Creo que es lo que más ha dolido, lo que más ha molestado, lo que más me ha impedido descansar por las tardes o dormir por las noches. Ahora la larva ya salió de mi cabeza, las decisiones están tomadas, nuevas búsquedas aparecen en el camino. Pero por estos días salir del cascarón va a perpetuar, un poco más, la incomodidad. Hasta que no salga el libro, hasta que no se cumplan ciertas fechas de este mes, va a ser algo difícil. Pero ya llegará.

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