Altas y bajas, lo de siempre


Estás en el mar y las olas van y vienen. Lo principal es que no te mareen. Si quieres llegar a buen puerto, ya sabes.

En este mes todo parecía ir en alza, y después llegó la baja. La semana anterior tuve algunos golpes, y cómo es la vida, que inmediatamente me dio motivos para seguir con más fuerza.

Lamentablemente la escritura, tanto de guiones como de prosa y de juegos de rol, se vio resentida. En otro momento me sentiría mal; de hecho, no es algo que me haya caído bien. Pero después uno ve que la salud es lo primero, que de todas maneras nadie te está insultando por demorarte un mes o dos más con un proyecto que se hace a pulmón, y que lo principal es dar lo mejor. Y entonces esas demoras adquieren otro significado.

Lo bueno: arrancó de nuevo la temporada laboral, y parece que con todo. A pesar de algunas falsas alarmas de escuelas mal organizadas que te dan reemplazos y luego te avisan que no, que era un error, que no tendrían que haberte llamado, parece que de a poco las puertas se siguen abriendo.

Lo malo: no, no tengo mucho para decir de lo malo. De hecho ahora me siento mucho mejor que antes de esa temporada mala, y he aprendido alguna que otra cosa sobre cómo enfrentar algunos temas. Simplemente voy a seguir aquí tecleando lo que se pueda, hasta que se pueda. Tal vez lo mejor sea no dar más promesas ni plazos de entrega, aunque piense que pueda cumplirlos, porque a veces simplemente no dependen de mi. Incluso sin trabajo, cada tanto lo que uno hace resulta impublicable. Y cuando el trabajo llega (algo que, créanme, puede ser en CUALQUIER momento) uno tiene que reestructurar sobre la marcha todas las prioridades, plazos y proyectos.

Que no son pocos. Un libro antológico, un juego de rol y ahora un comic extenso. Cuesta hacer malabares con tres cosas, sin redes ni entrenamiento.

No hay comentarios: