Crack Bang Boom 5: jueves 14


Bueno bueno, finalmente algo de tiempo para volver al blog, y con un tema más que importante. La quinta edición de la mayor convención de comics de Argentina, que tuvo lugar entre el jueves 14 y el domingo 17 de agosto de 2014.

He de decir que vengo reseñando convenciones a las que he ido desde hace tiempo, y que siempre pasa lo mismo: no puedo hacer la reseña durante la misma, porque soy puntilloso y es algo cansador, y me cuesta al menos dos semanas terminarlas. Sobre todo cuando, como en este caso, la convención dura cuatro días.

Pero en este caso me encuentro en un verdadero aprieto. Tengo mucho trabajo pendiente, fruto justamente de tener que detener todo debido a la convención. Y por si fuera poco, esta convención rompió todos los moldes y todas las escalas. Hay miles de cosas para contar, cada día pareció una semana y las repercusiones de los días siguientes ya dan material como para mucho más.

Así que iré más al grano, tendré que resumir ciertas cosas, otras las dejaré en el tintero, y veré cómo salir del apuro de la manera más digna y detallada posible.



El stand de "Legionarios". Apenas entrar en el Galpón
11 todos los que teníamos allí un stand nos dimos cuenta
del buen lugar que teníamos entre manos.
El jueves hubo que levantarse temprano para armar el stand de Legionarios, perros de Roma. De todas maneras, cuando llegué ya estaba casi terminado, ya que hacerlo no era tan complicado y tres personas habían venido antes a hacerlo.

Igualmente me quedé ayudando con los detalles, como colocar el escudo y el pilum. Después, a dar una vuelta para matar el tiempo.

Al regreso me encontré con Lisandro Estherren y charlamos un poco de proyectos y de todo lo que se venía. Menos mal, porque después, aunque nos encontramos, no pudimos hacerlo sentados, ni tranquilos, ni comiendo/tomando algo, tal como a los dos nos hubiera gustado. Ya el clima para el fin de semana se mostraba demasiado primaveral. Como ya veremos, terminaría siendo de verano.

Cerca de las 12 comenzaron a llegar los muchachos de Dead Pop, con quien Revista Términus compartía stand, al igual que con la gente de La Pinta y Salamanca. La camaradería y la buena onda nos permitió ordenar rápidamente el gran espacio. Ya de por sí la ubicación del stand era perfecta, justo frente a la puerta del Galpón 11, después del stand de esculturas de Sandro Alzugaray y sus alumnos. A nosotros nos tocó, sin pedirlo, la parte que miraba hacia adelante, la mejor posicionada, aunque, a decir verdad, era difícil mejorar esa ubicación.

El stand cuatripartito de Términus, La Pinta, Salamanca
y Dead Pop. Excelentes vecinos todos.
En fin, para las 14 horas se abrieron las puertas y comenzó todo.

Ese día fue, como siempre, el más tranquilo, aunque el público se hizo notar. Gracias a esto pude visitar un poco toda la convención, que esta vez abarcaba tres espacios: el Centro de Expresiones Contemporáneas, el Centro de las Juventudes y el recién re-estrenado Galpón 11. Lo que vi ya vaticinaba algo genial: muchos stands interesantes, muchos espacios diferentes, varias editoriales nuevas de todo el país, y una organización mejor.

Mientras los fanzines se agrupaban en la parte gratuita, en el Centro de las Juventudes, en el CEC, con algo de tino, se habían concentrado los stands de editoriales más grandes, las comiquerías rosarinas y los negocios especializados en merchandising (figuras, juguetes, comida japonesa, y todo tipo de cosas por el estilo). Allí también, como siempre, estaban las muestras de los artistas invitados, con un espacio más que suficiente para que gran cantidad de público las mirara cómodamente.

En ese momento había poco y
nada para ver en el callejón de
los artistas, pero luego hubo
muchas sorpresas.
Finalmente, en el Galpón 11 estaban todas las editoriales menores (como las ya mencionadas, Fog of War y Rabdomantes, dos nuevas editoriales de Rosario, y varios otros emprendimientos del resto del país y de países limítrofes) y algunos negocios de elementos comiqueros artesanales o de menor envergadura (que vendían tazas, gorros, impresiones, juguetes, portavasos, vinilos y todo tipo de merchandising más "especializado"). Como novedad, allí estaba la muestra "De puño y tecla", dedicada a Carlos Trillo, con objetos realmente maravillosos. De ella hablaré más adelante, con algunas fotos.

En este lugar también se instaló el Callejón de los Artistas, que busca imitar el espacio que existe en las convenciones estadounidenses para que los artistas de comics de renombre vendan sus originales, impresiones y puedan además firmar autógrafos y realizar dibujos. Sobre él volveré a hablar más adelante, ya que fue una de las innovaciones del evento que funcionaron pero, a criterio de algunos, puede dar más de sí en el futuro.

Esto es importante de marcar porque creo que ayudó a ordenar los espacios, el consumo de los asistentes y cómo pasaban su tiempo. Muchos, entre ellos las familias, tal vez habrían disfrutado más de los dos primeros espacios, por que ofrecían alternativas más para los niños y adolescentes, mientras que los comiqueros adultos o jóvenes tenían en el Galpón 11 un refugio más cómodo para comprar sus revistas y libros, charlar con los autores, etc.

Ya desde el vamos, a la mañana comprendí que iba a tener problemas cumpliendo una promesa. Había dicho que twittearía mis comentarios sobre la convención, y que también daría detalles por Facebook. Lamentablemente la conexión wifi del Galpón 11 no era buena, se colgaba, había que volver a loguearse cada dos horas, y a veces ni siquiera conectaba, tal vez saturada por la demanda.

Después de renegar un buen rato y de repetir sin saberlo varios mensajes, decidí que no tendría tiempo, al día siguiente, para responder a todas mis responsabilidades mientras andaba tecleando y renegando con eso. Así que lo que hice a partir de entonces fue esporádico.

Como invitados la organización nos hizo llegar un paquete de obsequios muy bonito, así como los vouchers para las cenas de esos días. Todo muy bien organizado.


A la tarde, casi sin darnos cuenta, se nos hizo la hora para ir a la inauguración de la Muestra Retrospectiva de la obra de Eduardo Risso en el Centro Cultural Fontanarrosa. Así que fuimos con varios de los chicos de la revista. Realmente impresionantes los originales. La pasamos genial.

De allí nos fuimos, con los organizadores y otros invitados (como Loisel y Didio) a la Alianza Francesa, donde nos agasajaron con vino (como no) mientras contemplábamos la retrospectiva de Spirou, que abarcaba varias décadas de enormes artistas galos que con sus lápices dibujaron a este botones de hotel y reportero tan famoso.

La muestra retrospectiva de Eduardo Risso, en el Centro Cultural
Roberto Fontanarrosa, se llenó de conocidos y asistentes a la convención.

La muestra de Spirou en la Alianza Francesa. Como en la anterior, uno
podía saludar a todo el mundo, desde invitados internacionales como Dan
Didio y Regis Loisel, hasta a un amigo que encontrabas allí de casualidad.


De ahí nos fuimos a comer, inaugurando una serie de alegres veladas. La pasé genial, algo que puedo decir de todos los días. Fue un perfecto momento para calentar motores, porque en los días siguientes, la cosa se pondría mejor.


Bueno, lo dejó acá por ahora. Fue muy resumido para todo lo que quería decir, pero en realidad, lo que va a ser grueso serán las conclusiones y experiencias que se dieron varios días, como para comparar y analizar. A ver cuando puedo hablar del viernes.

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