Macross Dinamite 7 (1997)


Casi todo lo que he puesto de malo al hablar de su hermana mayor, Macross 7, tengo que darlo vuelta en este caso.

Claro que hay cuestiones incomparables. Macross Dinamite 7 (o Macross 7 Dinamite, como a veces también aparece mencionada) es una OVA de 4 episodios, de aproximadamente media hora de duración cada uno, que cuenta una historia posterior a la serie principal. Es así que no podemos comparar la calidad de animación, que es excelente para la época e incluso para la actualidad.

Sí podemos, en cambio, comparar la precisión narrativa. Todo lo que Macross 7 tiene de lentitud, de engorro y de capítulos que no agregan nada, Dinamite lo tiene de explosión, de sorpresa y rapidez. Podría parecer injusto comparar en este sentido una serie de 49 episodios con una miniserie de 4, pero si tenemos en cuenta que la historia de Macross 7 podría haberse contado en 35 episodios, mientras que en Dinamite no sobra ni un segundo, hay que reconocer el mérito.

En esta OVA los personajes crecen un poco más, aunque siguen siendo más o menos los mismos. El protagonismo se enfoca más fuertemente en la banda de rock Fire Bomber, desapareciendo por otra parte ciertos personajes que no podían entrar en la trama. Esto hace que, a pesar de ser una pequeña continuación, no haga falta haber visto la serie anterior. De hecho, mi recomendación es que si no han quedado conformes con ella después de leer mi crítica, se la salten o vean los últimos veinte episodios, para luego ver esta pequeña y algo olvidada joyita.

Ciertamente hacía tiempo que no veía un OVA de una serie, y aunque le tenía algo de desconfianza, las Ovas anteriores (Macross 7 Encore, que reseñaré en unos días) me dejaron bastante satisfechos, y a los pocos minutos supe que esta me iba a gustar.

Como en varios episodios de la serie, todo comienza cuando Basara desaparece, dejando a la banda sin su vocalista principal en mitad de una gira. Así, mientras los otros tres miembros se las arreglan para hacer frente a sus compromisos de la manera más profesional posible, Basara se dedica a buscar inspiración nuevamente, vagando por la galaxia.

Así llega al planeta Zola, un curioso lugar que más parece un pueblo semiabandonado que un planeta en sí. Zola está habitado por una especie humanoide con orejas de elfos, más pelo en el cuerpo y aparentemente marsupial, como el resto de las razas animales. Este sociedad, aparentemente atrasado en costumbres y tradiciones, tiene tecnología bastante avanzada, así como una patrulla espacial bien equipada con valkyries y naves espaciales de origen autóctono o modificaciones de modelos humanos, con las cuales pueden defenderse bastante bien.

Obviamente, ya nada más llegar, Basara se mete en problemas por su actitud extremadamente relajada e idealista, intentando abortar un robo simplemente cantando. A partir de ahí es acompañado por algunos habitantes de Zola, junto a las cuales correrá todo tipo de aventuras relacionadas con unas misteriosas criaturas espaciales que frecuentan el planeta, y que son atacadas por cazadores tan ambiciosos como astutos.

Esta historia, sencilla y mágica, pone a los personajes a descubrir las intenciones verdaderas de los demás y a aprender a sobrellevar algunas situaciones dolorosas. Está muy bien armada, resulta creíble dentro del marco de la serie (ya he dicho que ciertos elementos de Macross 7 me parecieron siempre tirados de los pelos, no terminan de encajar en ese universo) y para colmo tiene un buen balance entre diálogos y momentos tranquilos, algunas canciones y mucha, mucha acción.

Estamos frente a una especie de roadmovie sin movimiento: después de todo se trata de Basara persiguiendo de nuevo ese algo que lo motiva a cantar en todo momento, mientras otros personajes también buscan algo en particular, que a veces no saben definir.

Por otra parte, los personajes presentados en ella son realmente entrañables. Los villanos son creíbles, pero lo principal son los habitantes de Zola, que mezclan una vida relajada y muy pueblerina (los altavoces callejeros que transmiten radioteatros son para caerse de culo) con tecnología retro de los años treinta o cuarenta, naves espaciales con leyendas ancestrales y casas de madera. La sinceridad de los protagonistas de Zola, el carácter que les han impuesto le da un ambiente muy humano e interesante a toda la historia.


La factura técnica de estos OVAs se cruza con este apartado. No sólo la animación es tremendamente superior la serie principal, sino que además se ha invertido un gran esfuerzo en el rediseño de muchos vehículos. Los pocos que se repiten desde Macross 7 están tan detallados que parecen otros, y existen muchos que son totalmente novedosos e interesantes. La tecnología de Zola es diferente, aunque evidentemente muy influenciada por los diseños humanos de las flotas Macross, mientras que los villanos tienen también material distinto a todo lo visto. Esto hace que la calidad se eleve todavía más, mostrando que se puso toda la carne sobre el asador en una serie que ya de por sí tiene muchos puntos de excelencia.

En resumen, estamos frente a una pequeña joya, lamentablemente no demasiado conocida. Una historia colorida, entrañable, con el nivel justo de acción, una impresionante travesía visual (no sólo por las batallas espaciales, tener en cuenta el dato), personajes muy queribles y varios giros sorpresivos que le dan más sabor al conjunto. Algo para ver y rever.

De yapa, los dejo con el opening de la serie, que ya les dice mucho de la misma:


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