El complejo mundo de la edición de comics


Un mes, ¡un mes sin entradas! Esto ya es absurdo. Pero en fin, es lo que hay debido a un fin de año con tantos fines de semana largos, y por suerte, mucha escritura.

De todas maneras, hay razones por las que no escribí nada antes. Principalmente porque no tenía ninguna serie o película para reseñar (ahora sí), y porque estaba pensando en algunas cuestiones que ahora puedo plasmar con algo más de claridad, luego de algunos hallazgos.

Desde hace un bien tiempo vengo teniendo una curiosa inquietud, que termina siempre en ponerme a pensar sobre la la lenta, lenta distribución de los comics en Argentina, que puede poner en serio riesgo la misma existencia de un producto, sobre todo si está serializado.

El hecho que hizo que una incomodidad curiosa llevara a este análisis es algo que yo no había tenido tiempo de informar y lamentar. Cybersix está detenida desde septiembre del año pasado.

Recordemos que a mediados de 2012 yo comentaba la hermosa noticia: un emprendimiento de tres editoriales (Napoleones sin batallas, Deux y Entelequia, una gran comiquería) haría que TODA la genial obra de Trillo y Meglia fuera editada, en 30 tomos de 200 páginas con salida bimestral, a un precio bastante popular, de 50/60 pesos (más o menos una o dos entradas de cine, según a donde vayas).

Sin embargo, al tomo que salió en julio no le siguió ningún compañero en septiembre, y este segundo tomo, del cual se conocía ya la tapa, se demoró, se demoró, se demoró... En Facebook se sucedieron las puteadas a Muñoz, editor de Deux, una editorial lamentablemente mal conocida por que demora AÑOS en continuar o comenzar series prometidas y re-prometidas, otras directamente las corta sin explicaciones y tiene acusaciones de editar material de manera ilegal. Sin embargo, los responsables de Napoleones sin batallas seguían sin dar explicaciones, y todo quedaba en un gran lamento a la nada.

Esto cambió cuando, hace unos días, el conocido blog Cuadritos publicaba esta reseña del primer tomo y se hacía eco de la demora y de las quejas. Inmediatamente estalló la catarata de comentarios, en donde, por suerte, los responsables de Napoleones sin batalla volvieron a hacerse presente y de manera cordial y completa terminaron de solucionar el misterio.

Para resumir: el primer número de Cybersix vendió más de MIL EJEMPLARES. Más de MIL EJEMPLARES. Una suma totalmente exagerada en el mundo del comic local, sobre todo teniendo en cuenta que se vendió en pocos meses. Por otra parte, era una cifra esperada por los editores, quienes conocían bien las ganas de los fans por comprar algo así y sabían que sería un éxito de venta semejante.

Sin embargo, por lo que han comentado, la edición ha sido de unos 2.000 ejemplares, algo que ellos ahora consideran demasiado. Y el problema está allí (aunque por abajo dicen que hay otros, que siguen sin ser mencionados): al no venderse un porcentaje mayor de la tirada, no se han recuperado los costos para poder afrontar la edición del segundo tomo.

Así como leen. Un superéxito de venta (solamente publicaciones licenciadas de EEUU como las de Marvel o DC pueden aspirar a vender mil ejemplares en tres o cuatro meses) no puede afrontar su continuidad.

La cosa sigue sin cerrarme, sinceramente, porque no me cabe que tres editoriales puedan cometer un error de ese tipo al calcular costos y prever ventas. Se toma tres o cuatro semanas imprimir una obra de ese calibre, y aunque ellos tengan forma de imprimirlo en menos tiempo, si pretenden publicarla bimestralmente, se supone que en mes y medio (como mínimo) deberían vender unos 1.500 números (por poner una cifra redonda) para seguir adelante. Y esto debería repetirse 29 veces para que la colección pudiera salir en tiempo y forma. Sinceramente, no me cierra. Me inclino a pensar que esos otros problemas no mencionados tal vez son menores pero tienen una mayor incidencia, aunque no puedo imaginarme cuáles puedan ser.

De yapa, adelanto de la tapa del segundo número
de Términus. Color digital de Juan Manuel
Frigeri sobre lápices de Bruno Chiroleu.


Terminus es otro punto de análisis, en gran medida porque me inquietaba, por así decirlo, la experiencia de distribución que estamos teniendo. Y digo "inquieta" y no "molesta" o "preocupa" porque no es algo malo sino normal, natural, de una publicación que está naciendo.

Siendo parte de los editores, conozco apenas la primera punta de este iceberg que es la edición de comics. Y uno de los pocos puntos que como digo, me causa inquietud, si bien ya está asegurada la continuidad (el segundo número sería enviado a imprenta en unas semanas) es justamente lo que le pasó a Cybersix: la lentitud en vender buena parte de la tirada.

En Rosario, ciudad de poco más de un millón de habitantes, bastante proclive a los comics, donde distribuimos la revista en cuatro comiquerías y una librería, hemos vendido bastante más de lo que vendimos en el resto del país. A pesar de la excelente labor del distribuidor, que no por nada nos habían recomendado mucho, en las demás provincias existe otro ritmo. Esto es en gran medida porque nadie nos conocía y hay que convencer a dueños de comiquerías para que encarguen algunos ejemplares, lo vean, lo vendan y recién ahí pidan más.

A eso le sumamos que, lamentablemente, la distribución es uno de los puntos flacos de CUALQUIER comic, a menos que logre la locura de venderse en kioscos de revistas. En muchas zonas no hay comiquerías o las que existen no atienden bien a sus clientes, no piden lo que se vende ni lo que solicitan estos clientes, etc. etc.

Me surge la pregunta: ¿se vende mucho más en el lugar de origen que en el resto del país? Por ahí a nosotros nos pasó parecido que a Cybersix, que debe haber vendido esos mil y pico ejemplares principalmente en Capital y provincia de Buenos Aires. Allí cerca de donde sale el producto, hay más comiquerías y el boca a boca es mayor. Nosotros sabemos que vamos a poder revertir esto, y tenemos margen; por otra parte, tal vez el otro proyecto fue demasiado ambicioso y ya se tropezó en el primer paso.

Ciertamente, Términus y Cybersix no son casos para comparar lado a lado, sino, creo, para mostrar dos extremos. Por un lado, Cybersix como personaje tiene tanta trayectoria encima, es tan conocida y apreciada, que puede arrasar con un primer número. Pero por otro lado, los costos son mayores a los nuestros en proporción, lo que implica que si hay algún error, todo corre peligro. Más allá de las diferencia de cantidad de páginas, calidad y eso, se trata de empresas que deben pagar sueldos, derechos de autor e impuestos, todo esto sin poder poner publicidad en la publicación. Mientras tanto, nosotros hacemos todo a pulmón, no pretendemos que la revista nos pague un sueldo, ni debemos, por ahora, pagar ningún impuesto (más allá de algún registro de publicación o cosas así de eventuales).

Gracias a la buena cifra de venta, a los menores costos y a la publicidad, desde hace varias semanas nos aseguramos poder solventar un segundo número de la revista, sin tener que volver a desembolsar capital y pudiendo cumplir con la promesa de la trimestralidad. Es un buen augurio para un emprendimiento que busca ser confiable y serio, sobre todo teniendo en cuenta que parte de esta  distribución despareja se debe a que, a diferencia de Cybersix, somos infinitamente menos conocidos. Los primeros números son para hacernos conocer dentro del mercado, y como ya dije, sabemos que la buena recepción de los lectores, el boca a boca y la publicidad que continuaremos haciendo hará que pronto la distribución nacional se equipare más con la local y así recuperaremos todavía más rápido el dinero necesario para la impresión. Para eso contamos con la ayuda de los muchos lectores satisfechos que tenemos dando vuelta.

Bueno, ya está. Me saqué la espina del corazón. Estaba muy intrigado por todo este tema de Cybersix y ahora al menos sé algo más. Y el final de la reflexión es un poco este: hay editoriales que sacan muchos títulos por año y venden bien, aunque calculo que con poco margen de ganancia. Y funciona. Otras, como Napoleones sin batallas, sacan productos más caros, posiblemente también con poco margen, y funcionan. Otras, como nosotros, tenemos nuestro propio modelo, que hasta ahora, funciona. Pero sigue siendo difícil, creo yo, arrancar, y no es para cualquiera.

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