X-Men (2011)


Esta es la última de las series Marvel en versión anime que pude ver, y tengo que decir que me encontré con una experiencia bastante interesante.

Infinitamente superior a la muy mediocre Wolverine, y más en la línea de Iron Man, esta versión de los X-Men tiene una estructura argumental similar. Algo atrae a los protagonistas a cierta zona de Japón, en donde se ven involucrados en una serie de eventos extraños, que involucran a su vez a otros mutantes o humanos de origen japonés, enganche para la serie en tierras niponas. Esto, sumado a alguna que otra invención dentro del universo ficticio, con respecto al comic, aunque siempre de naturaleza menor, para no entrar en conflicto con él.

Esta serie tiene doble ventaja y doble talón de Aquiles. Por un lado, puede servir de introducción del anime a fanáticos de Marvel, mientras a su vez puede servir de introducción a Marvel a los fanáticos del anime. Es decir, tiene el potencial para difundir y expandir una afición con respecto a personas que no conocen ciertos géneros o estilos.

Lamentablemente, a los puristas esto posiblemente les resulte una aberración, pues no es ni chicha ni limonada. Algunos verán los vicios del anime y los vicios del comic, reunidos, o simplemente considerarán que la unión de ambas cosas no funcionan (como la conocida metáfora de la mayonesa y la mermelada). Esto en todo caso es cosa de gustos, aunque yo no comparto estas opiniones.

Lo cierto es que, como digo, resulta una experiencia interesante, que queda abierta para una segunda vuelta y de hecho, pide por más.

A los más habituales al anime, hay que avisarles que nos encontramos ante una estética bastante más "realista" que la que acostumbra el género, justamente como reflejo de un comic de origen estadounidense. La animación y diseño de personaje son impecables, y nos encontramos con los personajes exactos que podemos ver en cualquier comic, o incluso en las películas actuadas (las cuales, de hecho, son inspiración en muchos puntos).

Pero esta coincidencia no es solamente visual.
A los más habituales al cómic de superhéroes, hay que avisarles que la historia y personalidad de los protagonistas es bastante fiel a lo que están acostumbrados. La historia comienza en un momento crítico y bien conocido: Jean Grey siendo consumida por Fenix. Esto ayuda a explotar las consecuencias que tiene su pérdida en el grupo. Además, Wolverine es el tipo retacón y musculoso de siempre, y no el estilizado y alto de la pifia que constituyó su serie en solitario. Ni hablar de su carácter encantador de siempre. Por otra parte, Ciclops está más en la línea del comic actual, en el cual es un líder nato (aunque tenga graves problemas de conciencia a causa de la pérdida de su amada), y no como en la película, en la que era un idiota de aquellos.


En cuanto a selección de personajes, tenemos una interesante gama: Ciclops, Wolverine, Storm, Beast, Professor X y una bien aprovechada Emma Frost, que intenta unirse al grupo a pesar de haber estado del otro lado en muchas ocasiones. ¿Será de confiar? A su vez, la historia plantea la incorporación de una nueva recluta, la adolescente Hisako Ichiki. Mi desconocimiento del comic me hizo pensar que se trataba del típico personaje japonés agregado para sumar público nipón y para colmo, adolescente, pero rápidamente me di cuenta de que era bien usado y está lejos de ser la típica colegiala idiota que solamente trae problemas. Esto tal vez se da porque, justamente, el personaje sí existe en los comics y por lo tanto se pudo tomar su personalidad para la historia, al igual que con sus compañeros de mayor edad.

De hecho, hay que admitir que la serie, si bien es anime, no tiene casi ninguno de los cliché típicos de este estilo, ni en lo visual ni en lo argumental. Por lo tanto, sería bueno que los puristas la tuvieran en cuenta sin prejuicios. No hay estilizaciones exageradas, ni fondos parpadeantes llenos de rayos ni nada similar. No hay repeticiones de frases para explicar lo evidente ni situaciones tiradas de los pelos. A lo sumo, podemos considerar la voluptuosa anatomía de todas las mujeres del grupo como algo reiterativo, pero no creo que eso provoque desagrado en la mitad del público potencial.

De manera que nos encontramos frente a una serie entretenida, que tal vez no sea brillante pero cumple su objetivo de sorprendernos razonablemente, darnos respuestas lógicas en la trama (no como esos anime que hay que ver tres veces para captar algo) y presentar conflictos y personajes atractivos e interesantes, sin caer en estereotipos ni exageraciones. Doce episodios que valen la pena.


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