Cambios de humor


Estos últimos días ha sido como ir sobre una onda sinusoidal. Ni muy arriba ni muy abajo, pero sí con buen ritmo.

No es que haya habido crisis ni tampoco epifanías. Pero sí, ajustes, reflexiones sobre reflexiones (tal vez más lás interesantes), días de mucha escritura, días de correr y días de sentarse/acostarse a pensar, leer y hacer un poco de todo en la casa.

Y cuando uno hace un poco de todo, y se toma sus tiempos, las reflexiones llegan solas.

El impulso creativo llegó, algo que nunca dudé que pasaría. Algunos días costó salir de la cama, principalmente por el frío y por la falta de estructura de trabajo. Ahora esto está cambiando. Allí donde no había caminos, están surgiendo sendas. Allí donde había troncos sobre abismos, ahora parece posible construir puentes.

No voy a negar que a veces se tiene miedo de fracasar, de languidecer demasiado tiempo. Es difícil poner en palabras, a veces, o que sucede cuando descubres que alguien más ha hecho algo que deseabas/deseas hacer, y no sientes envidia, sino una sana necesidad de llegar tú también, pero a tu manera, en el tiempo correcto, sin perder autenticidad. Y, a la vez, sin perder tiempo, porque tampoco resulta nada de quedarse en la cama hasta cualquier hora.

La onda sigue, porque el mes que viene tampoco es sencillo. Pero está lleno de diferentes capas de oportunidades y posibilidades. Errarle a todas parece imposible, y de los errores también se aprende. A veces incluso más que con los aciertos.

Ahora la marea sube.

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