Una tarde de comics


Hace un par de semanas, hice coincidir una tarde algo aburrida con una salida especial para comprar comics. Estaba cerrando el mes y, a diferencia de otros, sobraba un resto (no muy grande, pero ya veremos que tampoco quería gastar demasiado).

El primer lugar a visitar era una comiquería donde había visto previamente algo muy interesante para mí: el nº3 de Robot, una compilación de manga en color dirigida por uno de mis dioses de la ilustración, el nipón Range Murata.

Dejo para otro momento las alabanzas al autor; me concentro ahora en la ganga que resultó comprar el pesado tomo, con sobrecubierta y hojas color de alto gramaje, a apenas 50 pesos. Descubro ahora la causa: Glenat las rebajó a mitad de precio hace algo así como año y medio. Bienvenida rebaja; sólo espero conseguir los tomos anteriores, ya que el dueño me dijo que no le había llegado el pedido.

He de decir que sin importar el contenido, hubiera gastado el dinero sólo por la ilustración de la tapa, y eso que no tiene ningún vanship. De todas maneras, he quedado conforme con el delirio de color, argumentos torcidos y cosas raras de estos creadores japoneses. Lamento, eso sí, que algunas historias continúen y no tener lo previo, ni lo que sigue. Es el último número editado en castellano, y por lo que he visto, en inglés solamente llegaron al 5º.

No terminó ahí, por suerte. Siendo que no gasté nada más, me fui a otra comiquería en donde sabía que iba a encontrar algo más. Y así fue. Además del último número de la Comiqueando, me llevé a excelente precio, también casi regalado, Corazón de Arlequín, como han traducido España Arlequín Enamorado (editado aquí por Thalos, allá por Norma). Sí, la tengo en la edición argentina, que es muy pero es de tapa blanda y un tamaño más reducido. La española (¿de la cual deriva?) es exactamente igual salgo por algún vocablo más ibérico, y lo ya mencionado. Y como soy fan de los libros de tapa dura, pues... Me pudo. Y lo leí la noche siguiente.

Confieso que me siguen atrayendo un par de tomos muy grandecitos de Corto Maltés, pero no daba el dinero. Y un manga sobre la Segunda Guerra Mundial que me atrajo mucho y dejé para este mes. Es algo tan friki que, seguro, nadie va a quitármelo.

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