Cuarta sesión


El sábado 9, feriado, se coordinó una sesión de emergencia. Lamentablemente, como casi siempre, no todos podían asistir, y la mesa se compuso de dos jugadores en lugar de tres. Lo bueno es que nos vamos rotando en las inasistencias.

A mi personaje le tocaba entonces jugar el día que había jugado los otros personajes, para compensar y llegar al mismo punto.

Phalan tuvo que tomarse un descanso. Después de la ceremonia, tan exigente mental, emocional y físicamente, se tomó medio día para descansar. El otro medio lo tuvo que usar para acomodar su residencia, ya que se había informado una visita de sus superiores para el día siguiente.

Mientras ordenaba que todo quedara impecable, descubrió por casualidad que uno de sus acólitos tenía elementos que lo marcaban como miembro del culto. Luego de darle vuelta la cara de un cachetazo, se armó un Duel of Wits. El acólito planteó que Phalan era una persona violenta y vengativa, que no seguía los preceptos de la religión; ella por otra parte planteó que el acólito estaba siendo influenciado por gente que lo estaba utilizando. Luego de una serie de voleas bastante empatadas, tuve suerte con un Despachar y gané, no sin tener que hacer consesiones. El acólito se mantuvo en mi residencia y no obtuvo ningún castigo, aunque quedara en evidencia que debía abandonar sus creencias heréticas.

No tuve nada de descanso. Al poco tiempo llegó el superior de Phalan, que fue directo al grano, entablando otro duelo. Su argumento fue que mi reputación estaba dañando la religión, sobre todo porque me pasaba mucho tiempo con el jefe de la guardia, en la calle, cazando cultistas. Mi argumento fue que, si no se hacía nada, el culto iría ganando terreno y más que una reputación, se perderían vidas inocentes.

Fueron cinco voleas de puro debate religioso, lo cual me dejó bastante cansado. En más de una oportunidad tuve que quedarme pensando en qué decir; sobre todo porque el DJ roleaba su personaje y yo no podía quedarme atrás: tenía que armar un discurso coherente y no un simple "digo que...". Tuve una suerte muy chata y el duelo se alargaba porque perdíamos de a un punto por vez, quedando siempre empatados. Finalmente tuve algo de suerte en la volea final: los dos planteamos un Despachar suicida, en el que yo obtuve algo de diferencia y logré ganar la discusión.

Esto, sin embargo, no sirvió de mucho. Mi superior decidió aplazar su juicio sobre si me expulsaba o no, pero solamente por dos días. Para esa fecha, el culpable de la muerte del colaborador de Phalan tenía que estar identificado y atrapado, y el culto debía estar ya siendo destruido.

Apresurado por esto, y siendo que el jefe de la guardia había venido mientras yo estaba con mi superior (no pude atenderlo), fui a su cuartel escoltado por dos acólitos (para disipar las habladurías que ya estaban dando vuelta por la calle). Allí intercambiamos algo de información, la cual sigue siendo escasa. Sin embargo, hay algo preocupante: el culto ha estado robando hierbas que sirven para realizar un conjuro de resurrección de muertos, el cual está dentro de la leyenda religiosa. Le pedí que extremaran todos los recaudos para evitar que se robaran cuerpos para realizar experimentos.

Sorpresivamente me llegó una invitación del Obispo, mi protector, para la cena de una acaudalada familia de la nobleza. Así que ya tengo que prepararme para la misma.

Ya veremos dentro de una semana.

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