Batman: Under the Red Hood (2010)


A finales de la década de 1980, en una controversial historia (por donde se la mire), Batman se enfrentaba a uno de sus peores miedos: la muerte de uno más de sus seres queridos. En este caso era el joven Jason Todd, entonces su segundo Robin (ya que el primero, más crecido, se había establecido como Nightwing, un héroe por derecho propio).

En este arco argumental nunca mejor llamado Una muerte en la familia, Jason salía a buscar su verdadero origen, solamente para encontrar la muerte a manos de un sádico Joker.

Mucho tiempo después, las idas y venidas creativas de DC planteaba una serie de historias que tocaban este punto tan crucial de la historia batmaniana. Y la tocaban de una manera bastante cruda, retorcida y, para algunos, innecesaria, redefiniendo nuevamente los cimientos de todo lo que conocíamos.

Unter the Red Hood planteaba la aparición de un nuevo vigilante en Gotham. Uno que poseía tantos recursos como Batman, pero ninguna de sus guías morales. Red Hood viene a controlar el crimen matando. ¿Quién es este misterioso personaje, que se atreve a usar el manto que previamente llevar el Joker? ¿Qué relación pasada tiene con Batman, ya que parece conocer todos sus secretos y tácticas?




Resumen + adaptación
Como en otros casos, la película retoma, adapta y condensa elementos de comics publicados. Esto hace que, si bien la base de las historias sean las mismas, los hechos puntuales no siempre sean iguales, y podamos sorprendernos aquí y allá con elementos nuevos, en el caso de que hayamos leído los comics en cuestión.

En este caso, Under the Red Hood comienza contando el momento cúlmine de A death in the family, cambiando varios elementos. Luego pasa a adaptar lo acontecido en el comic que da nombre a la cinta, teniendo en cuenta que no hay suficiente espacio como para contarlo todo. Hay que decir que en ningún momento la historia tropieza o se acelera, y mantiene siempre un ritmo perfecto.


El secreto del éxito
Under the Red Hood es simplemente una película excelente por donde se la mire. Esto se debe a una perfecta combinación de elementos, desde lo visual hasta lo argumental.

El diseño de personajes, si bien sigue la línea marcada por el DC Animated Universe, no deja de ser elaborado. A esto se le une el uso indiscriminado de la violencia visual; si bien no vemos mucha sangre, se trata de una película fuerte, incluso más que algunas como Wonder Woman. La violencia de Gotham City bulle en todas partes, en los tiroteos, en los asesinatos de los mafiosos, en las ejecuciones de Red Hood y el Joker y en las brutales palizas que dan y reciben los personajes. La cinta recupera lo mejor de muchas historias batmanianas: es urbana, oscura, con ribetes sobrenaturales, historias sórdidas y algo de tortura emocional en todos los protagonistas. La guerra de Batman contra el crimen está allí en todos los detalles.

De más está decir que en todo momento la animación también es muy buena. Se le suma una buena actuación vocal, algo particularmente necesaria en escenas cargadas de emoción y dramatismo. Si bien el argumento no da un minuto de respiro, entre tiros y persecusiones extremadamente largas y elaboradas, no se trata de una simple película de acción.

Under the Red Hood explora uno de los costados psicológicos más usados de los últimos tiempos: el de Batman torturado, enfrentado ya no a la muerte de sus padres (que no podía evitar de ninguna manera), sino a la de un niño que era su responsabilidad, y que él mismo guió por el camino de la justicia, con horribles resultados. Hacia el final, la película estalla con algunas de las mejores preguntas siempre formuladas a Batman, particularmente el por qué ha decidido no matar a sus enemigos.

Si sumamos todos estos elementos, la conclusión es una sola. ¡Hay que verla ya mismo!




Una buena historia que nunca debió ser contada
Mucho se dijo sobre la historia en la que se basó esta película. Tal vez una de las más ciertas y curiosas fue que, si bien la historia estaba muy bien narrada, no debía ser contada. Dentro de la continuidad, quedaba muy mal que un personaje volviera de entre los muertos sin que mediara una buena razón. El origen de Red Hood era interesante y enlazaba con la genial Broma Asesina de Alan Moore, y había muchas cosas para decir al respecto... Y sin embargo, todo aquello desentonaba porque tocaba uno de los grandes traumas de Batman: la muerte de su segundo sidekick.

En este sentido, si no nos gusta la idea central del comic, podemos disfrutar de la película como algo aparte. Lo único que espero es que muy pronto sea editada en Argentina, para que más personas puedan disfrutarla. Para cualquiera que se haya enganchado con el personaje después de ver las dos excelentes películas de Christopher Nolan, Under the Red Hood es una alternativa perfecta mientras esperamos la tercera, y es una de esas cintas con las que podemos hacer activismo en favor de la animación occidental para adultos.

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