Tabula rasa IV: lo que fue y será


Hace tiempo, mucho tiempo atrás, mi hermano solía imprimir algunas cosas y pegarlas en la pared. Principalmente frases o poemas; unas pocas cosas que adornaban nuestra pieza de paredes siempre blancas.

Por una u otra cosa, estos fragmentos se cayeron o fueron despegados, dejando su marca en la pintura. Una de ellas, sin embargo, permaneció incólume, escondida detrás de su computadora y del equipo de música que la coronaba.


Para el que no lo lea bien, es "Otro poema de los dones", de Borges. Una obra sublime por donde se la mire, y que debo haber leído muchas veces antes de que este pedazo de papel amarronado quedara bloqueado por otras cosas.

¿La saco? No, por ahora no. Claro que no lo voy a tirar, pero esperaré a que mis viejos quieran pintar la pieza. Vamos a encontrar muchas otras cosas detrás de la biblioteca grande, que lleva ahí un par de décadas.

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