Lo breve


Hace tiempo que recordaba con nostalgia la época en la que escribía cuentos. Ahora que estoy revisando una novela larga y terminando una corta, ambas para concursos (*), la narrativa larga me saturó un poco. Me tomé las cosas con calma, también porque estaba ocupado con otras cosas. Además, tengo tiempo porque los plazos son benignos, y sé que esforzarse demasiado no me da buenos resultados. Es mejor dejarlo correr por unos días.

Preocupado por un problema que veía en mi tercera novela (la más larga), vi que la cuestión era justamente la narración. El argumento no tenía un tema central (más bien lo había tenido, pero se había dividido en varios), así que me puse a reforzar eso, quitando en el proceso elementos innecesarios. También mejoré la descripción, algo que me gusta hacer pero que había dejado de lado en algunas partes. Me está resultando mucho más fácil la revisión, justamente porque ya tengo un poco más de experiencia en descartar y cortar cosas, identificar fugas y taponarlas.

Me gusta sumergirme en los personajes, incluso en su día a día, y en esta novela el viaje es central, además de que se salta entre varios personajes, todos importantes. Entonces el timing y otros elementos se hicieron más importantes de lo que había creído en un primer momento, y la acción y la continuidad si bien está cuidada, necesita una pasada en limpio.

Recién ahora me di cuenta de esto. En las otras tres novelas (dos terminadas, una casi), no tuve problema con la inmersión en los personajes, porque, a diferencia de los diálogos, no sólo me encanta hacer esto, sino que no me cuesta. Por eso mi cuarta novela, una corta que va para otro concurso, la escribí rápidamente, de a pocos saltos: sólo un par de personajes fuertes, enfrentados a cosas de todos los días y a vidas más o menos normales. La revisión que planeo apunta principalmente a agregar elementos y descripciones y coordinar hechos, pero no incluye nada nuevo en la narración ni ningún cambio de rumbo.

Pero la narración en sí, sí me causó problemas, principalmente en mi primera novela (Ojos de plata, que ya la mencioné aquí). Todavía no estoy conforme con ella porque el argumento tiene fallas, pero me encanta lo que logré con los personajes a nivel de diálogos y pensamientos. Mirando hacia atrás, veo entonces que tengo que atacar mejor este problema. Lentamente creo que lo voy logrando.

Como decía antes, me gustaría regresar, cuando termine estas dos novelas, a la narración más corta. He tenido muchas alegrías últimamente revisando un par de cuentos y mejorándolos, incluso cuando ya tenían una docena larga de relecturas y correcciones (parciales o totales). Pero no sé si va a suceder. Me siguen cayendo ideas para novelas. Ahora mismo, al detectar esta cuestión de la narración y la inmersión, se me ocurrió una de ciencia ficción cuyo argumento me gusta mucho y une varios tópicos e ideas de personajes que tengo en mente desde hace años.

Asi que veremos. Me da pena dejar de lado otras cuestiones personales, principalmente el diseño de juegos de rol. Pero me da muchas ganas de descubrir estos mundos y el hecho de hacerlo solo, por mi cuenta, me da seguridad, porque siento que es más difícil defraudarme (y el rol me ha dado algunos fraudes algo dolorosos). Además es un desafío el seguir presentándose a concursos de diverso tipo y buscar editoriales. Lo mismo me pasa con el comic, con la diferencia de que allí uno va acompañado de gente confiable (supuestamente, todavía no he tenido desilusiones gruesas).


(*) aclaro que no menciono nombres de las novelas porque espero poder presentarlas a diferentes concursos y no sería prudente hacerlo.

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