Esperando que pase el calor


Otra vez volvieron los casi 30 grados, y eso que ya es otoño.

Como me encuentro atascado corrigiendo trabajos prácticos del curso de ingreso de la facultad, no estoy escribiendo nada. Aunque de vez en cuando puedo sentarme diez minutos a seguir la nueva novela, no me gusta escribir así. Me gusta tener al menos media hora, o usar dos o tres horas para hacer varias cosas mientras escribo, pero siempre sin pararme ni dejar la computadora.

Así que uso estos días llenos de interrupciones para bloguear, como ahora, que es algo mucho más pequeñito y puedo hacer mientras escucho música.

Me gusta mucho lo que está saliendo; me encuentro más en estas 12 páginas que llevo, que ya deberían ser como 20. La anterior novela, si bien me gustaba mucho lo que planteaba y lo que salió, no sé... Claro que tengo que mejorarla, como todo, y 240 páginas. Pero lo que sale ahora me da una sensación de seguridad, de que no voy a cambiar casi nada, de que me gusta apenas sale de mis dedos. El conjunto de la novela anterior, que por suerte no tuvo grandes interrupciones, me da la impresión de que no logré decir algo, o de que lo dije mal. O tal vez es sólo que cuenta una historia y no había muchas más cosas para contar, fuera de eso. Tengo que tener en cuenta eso; soy de poner subtextos a las cosas, y a veces hay historias que no los toleran, que simplemente son lo que son.

Ya veremos. Por ahora todo sigue bien, y este domingo o lunes termino de corregir los trabajos y me saco de encima algo más. Volveré a leer comics y a escribir novelas. Llegará abril y se acercarán más ciertas cosas...

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