Cellar door


La mayoría de los angloparlantes, por ejemplo, admitirá que cellar door [puerta del sótano] es "hermosa", en especial si se disocia de su significado (y de su ortografía). Más hermosa que, por decir algo, sky [cielo], y mucho más hermosa que beautiful [hermoso]. Pues bien, para mí en el galés las cellar doors son extraordinariamente frecuentes y, en un plano superior, las palabras en las que la contemplación de la asociación entre la forma y el significado es un placer son abundantes.

J. R. R. Tolkien en su ensayo "El inglés y el galés", recopilado en el libro "Los monstruos y los críticos y otros ensayos", de la Biblioteca Tolkien.
En este ensayo Tolkien comienza hablando como filólogo, mostrando para qué puede ser interesante aprender algo de galés si uno es filólogo (y si es inglés). Muchas explicaciones técnicas e históricas me exceden (y, según él, excedían también a muchos ingleses de su época, así que no es de sorprender); sin embargo hacia el final él muestra la veta que lo hacía único: el amor por ciertos idiomas, por como sonaban y por los ecos del pasado que traían al presente. El galés, que le llegó como una "llamada" en los vagones de carbón que veía en su infancia; el finés, idioma que lo abrumó cuando avanzó sus estudios; el castellano, que le trajo ecos del latín y que tengo entendido aprendió (en parte) porque uno de sus mentores a temprana edad fue un sacerdote español. Pero principalmente el gótico, "el primero que conmovió mi corazón", a tal punto que lloró la pérdida de la mayor parte de la literatura germánica de esa época y se puso a componer poemas en este idioma muerto.

Ese amor a los idiomas que no solo vertió en el estudio de los mismos, haciéndolo famoso en su círculo profesional, sino que terminó volcando al nuevo campo de la creación de lenguajes y, eventualmente, a la creación de historias y personajes que hablaran esos idiomas, pues él sabía, mejor que nadie, que los idiomas son los pueblos y los pueblos son los idiomas, y que no hay razas ni banderas ni patrias que separen las lenguas.

Sirva esto como pequeño homenaje a este amor secreto (que lo llevó a su vicio secreto). Y como referencia velada a Donnie Darko, claro está.

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