Abriendo las alas


No han sido buenos días estos que han pasado. Perdí toda la mañana del miércoles yendo a cobrar el cheque de Google, y no pude porque había el doble de cola del máximo que he visto siempre. A todo esto había tenido un terrible viaje de colectivo, tardando 40 minutos en lugar de los 30 de siempre, con el tráfico congestionado... Ah, y no mencioné la noche anterior en la cual dormí unas 5 horas en lugar de las 8 de siempre. Y a eso hay que agregarle el perder el colectivo y tener que tomar uno que tardó 45 minutos en llevarme de nuevo a casa, 10 de los cuales fueron espera en el Cruce Alberdi a que pasara el tren y todo lo demás. Y quieren poner una estación ahí... que cosas.

En fin, dormido y todo tuve que ir al cine (en parte porque había prometido acompañar a alguien), porque si no me mataba. Al menos Bee Movie me levantó el ánimo, que me hacía falta, y al llegar, de nuevo a dormir. Un día totalmente perdido, porque de noche ya no podía hacer más que partes de lo que tenía en mente hacer durante todo el día.

Hoy no fue mejor. Planifiqué todo con cuidado para ir a un horario menos concurrido. Resultado: una cola un 20% más corta. Espero media hora solo para que me digan que ha cambiado el sistema de cheque, y ahora tengo que ir a depositarlo a EEUU para poder cobrarlo... y no es joda, ya que no tengo trabajo, es como un trabajo el tener ese sitio. Así que volví a mi casa sin mi sueldo del mes. Al menos no se me escapó el 146.

¿Pero estoy pateando paredes? No, por suerte. Estoy contento porque ya casi termino El camino a la Tierra Media, libro que me ha enseñado mucho y que tal vez hasta use en mi investigación para la beca. Pero sobre todo porque hoy termino Ojos de plata... lo dejé colgando el final, pero ahora solo falta muy poco. 134 páginas A4, más de 90.000 palabras. Nada mal, no?

Así que ahí voy.

Escritor a tus teclas
que hoy terminarás
la primera de tus novelas.

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